Exploremos juntos las causas de las rabietas, las estrategias para manejarlas y consejos prácticos para prevenirlas. Estas son una parte común y natural del desarrollo infantil y aunque pueden ser desafiantes tanto para los niños como para los padres, se deben entender las razones detrás de ellas y aprender estrategias efectivas para manejarlas puede hacer una gran diferencia.
¿Qué son las rabietas y por qué suceden?
Las rabietas son explosiones emocionales que a menudo ocurren en niños pequeños entre los 1 y 4 años de edad. Se caracterizan por llantos intensos, gritos, pataletas y, a veces, comportamientos agresivos como golpear o morder. Las rabietas ocurren porque los niños pequeños aún están desarrollando sus habilidades de comunicación y regulación emocional, lo que puede llevar a frustraciones cuando no pueden expresar sus necesidades o deseos de manera efectiva.
- Desarrollo del lenguaje: los niños pequeños a menudo tienen un vocabulario limitado, lo que dificulta expresar sus emociones y deseos.
- Independencia en desarrollo: los niños comienzan a desear más autonomía y pueden frustrarse cuando no pueden hacer cosas por sí mismos.
- Control de impulsos: la capacidad de los niños para controlar sus impulsos está en desarrollo, lo que puede llevar a explosiones emocionales.
- Sensibilidad a estímulos: algunos niños son más sensibles a los estímulos sensoriales y pueden sentirse abrumados fácilmente.
Estrategias para manejar las rabietas
Manejar las rabietas de manera efectiva implica una combinación de comprensión, paciencia y estrategias prácticas. Aquí hay algunas tácticas que te pueden ser de gran utilidad:
- Controla tu propia reacción: es fundamental que los padres mantengan la calma durante una rabieta. Responder con gritos o enojo solo aumentará la intensidad de la situación.
- Respira profundamente: tomar respiraciones profundas puede ayudar a mantener la calma y pensar con claridad.
- Entiende el motivo detrás de la rabieta: trata de averiguar qué provocó la rabia (ya sea cansancio, hambre o frustración), busca que el pequeño se sienta en la confianza de conversar y decir qué lo hizo sentir así.
- Empatiza con el niño: muestra empatía y valida sus sentimientos. Optar por decir algo como "entiendo que estás muy molesto porque no puedes tener ese juguete" puede hacer que el niño se sienta comprendido.
Usa el refuerzo positivo
- Celebra el buen comportamiento: cuando el niño maneja bien sus emociones o sigue instrucciones, elógialo y dale reconocimiento. Esto refuerza el comportamiento positivo.
- Ofrece recompensas pequeñas: utiliza sistemas de recompensas para motivar al niño a comportarse bien, ya sea algo de comer que él quiera, un juguete, una actividad especial o tiempo extra de juego.
- Cambia el enfoque: introduce una nueva actividad o juguete para distraer al niño de lo que le está causando la rabieta.
- Cambia el entorno: si se te hace posible, mueve al niño a un lugar diferente para ayudar a calmar la situación.
- Establece unos límites claros: los niños necesitan saber cuáles son las expectativas y las consecuencias de su comportamiento, por lo que es importante mantener las reglas claras y consistentes.
- Ofrece opciones limitadas: da al niño opciones para darle una sensación de control y reducir así la frustración "¿Quieres el jugo en el vaso rojo o azul?”
Consejos prácticos para prevenir las rabietas
Prevenir las rabietas es tan importante como saber cómo manejarlas cuando ocurren. Aquí hay algunos consejos prácticos para minimizar la frecuencia e intensidad de ellas:
- Establece rutinas diarias: los niños pequeños se benefician de tener una rutina diaria establecida. Saber qué esperar puede ayudar a reducir la ansiedad y las rabietas.
- Transiciones suaves: avisa con anticipación sobre los cambios en la actividad ("En cinco minutos será hora de apagar la televisión y cenar"), así estarás preparando al niño para la transición.
- Asegura las necesidades básicas: garantízale al pequeño el alimento y descanso necesario, pues ambos factores son desencadenantes comunes de las rabietas.
- Proporciona un ambiente tranquilo y seguro.
- Desarrolla habilidades de lenguaje: promueve en el niño el desarrollo del vocabulario y habilidades de comunicación, esto le permitirá expresas sus necesidades y sentimientos.
Sé ejemplo del comportamiento que deseas
Los niños aprenden observando a sus padres. Por esta razón es recomendable modelar un buen control emocional y habilidades de resolución de conflictos, en el que no solo lo ejerzas, sino que también le enseñes a tu hijo sobre la resolución de problemas simples y manejar la frustración de manera constructiva.
Fomenta la independencia
Promover la autonomía controlada permite que el niño tome decisiones apropiadas para su edad y realice tareas simples por sí mismo. Al hacerlo podrás elogiarlo y apoyarlo en sus esfuerzos por ser independiente, lo que puede reducir la frustración y las rabieta, despertando un sentimiento de satisfacción por ser capaz, por haberse sentido útil y en cuenta.
Estos son algunos de los ejemplos de las situaciones más comunes y cómo manejarlas
Supermercado
Situación: el niño quiere un dulce y comienza una rabieta cuando se le niega.
Manejo: mantén la calma, explica brevemente por qué no puede tener el dulce y ofrece una alternativa, como elegir una fruta para llevar a casa.
Hora de dormir
Situación: el niño no quiere irse a la cama y empieza a llorar y gritar.
Manejo: establece una rutina de sueño tranquila con actividades relajantes antes de acostarse. Mantén la consistencia en la hora de dormir y usa refuerzos positivos para el comportamiento adecuado.
Compartir juguetes
Situación: el niño tiene una rabieta porque no quiere compartir sus juguetes con otros niños.
Manejo: enséñale sobre la importancia de compartir y modela el comportamiento. Ofrece elogios cuando el niño comparte y utiliza juegos de turnos para que él se sienta más a gusto compartiendo.
Ten en cuenta que las rabietas son una parte normal del desarrollo infantil y una oportunidad para que los niños aprendan a gestionar sus emociones. Al entender las causas de las rabietas y aplicar estrategias efectivas para manejarlas, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar habilidades emocionales y de comportamiento saludables. Mantener la calma, establecer límites claros, fomentar la comunicación y proporcionar un entorno seguro y predecible son claves para manejar y prevenir las rabietas.
Con paciencia y consistencia, los padres pueden guiar a sus hijos a través de estas difíciles pero importantes etapas de desarrollo.
Con amor, tus amigos por siempre. cocco & lolo.